IMCA 60 AÑOS DE SERVICIO Y AMOR A LAS COMUNIDADES RURALES

En el año 1962, tiempo profundamente significativo para el devenir de América Latina, el padre Francisco Javier Mejía S.J., trabajador incansable al servicio de sectores sociales vulnerables, logra constituir un centro social al servicio del campesinado, al que denomina Universidad Campesina – UNCA, el que posteriormente, tomó el nombre como hoy lo conocemos: Instituto Mayor campesino – IMCA. La apuesta tuvo un objetivo absolutamente determinante: “Formar campesinos y campesinas para que participen en los espacios donde se toman las decisiones que les afectan”. Todo este proceso inicial de formación se evidenció en los resultados, más de 400 jóvenes campesinos y campesinas de diferentes partes del país pasaron por el internado de la “Universidad Campesina”; quienes posteriormente, fomentaron y fortalecieron dinámicas de gran trascendencia como por ejemplo el cooperativismo, la organización comunitaria y el liderazgo social.

De esta manera inició un caminar de 60 años, periodo durante el cual se han tenido que afrontar diferentes retos y contextos de país, a los cuales el IMCA ha dado siempre respuestas pertinentes y aportes valiosos desde su trabajo y servicio a las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas, no sólo en el Valle del Cauca, sino también en otros territorios del país donde ha sido llamado a acompañar con entrega absoluta y amor filial a estos sectores de la sociedad colombiana. Durante este tiempo y bajo una perspectiva de trabajo articulado con actores sociales e institucionales, el que ha contado con el apoyo financiero de la cooperación internacional, de algunas entidades públicas y gobiernos municipales, ha permitido entre otros tantos logros:

  • El fortalecimiento de capacidades a comunidades rurales a través de talleres, giras, escuelas temáticas, diplomados, entre otros procesos formativos, favoreciendo el rol de líderes y lideresas sociales en sus territorios,
  • El desarrollo de la Agroecología en términos teóricos, investigativos y prácticos, posicionándola no sólo como una propuesta productiva amigable con el medio ambiente, sino también como un modo de vida y una propuesta política.

  • La conformación y fortalecimiento de instancias de participación ciudadana donde puedan ser visibles las comunidades y organizaciones rurales: Consejos Municipales de Desarrollo Rural y Consejos Territoriales de Planeación.
  • La conformación y/o fortalecimiento de organizaciones sociales del ámbito rural: Juntas de Acción Comunal, Juntas Administradoras de Acueductos Comunitarios Rurales, Asociaciones de Campesinos, Campesinas e Indígenas, dedicadas a alguna de las actividades propias del campo.
  • Su presencia institucional en territorios afectados por el conflicto armado, acción que ha permitido brindar apoyo y acompañamiento permanente a las comunidades rurales y aportar en la construcción de la paz y la reconciliación.
  • La formulación de planes de planes de vida comunitarios de ámbito rural y urbano, que han facilitado la articulación de actores institucionales y sociales para generar procesos de desarrollo integrales y en perspectiva de mediano y largo plazo.

  • El apoyo a los gobiernos locales en la formulación de planes de desarrollo municipal, a través de metodologías participativas y promoviendo espacios de concertación entre la sociedad civil y el Estado.
  • El soporte a la implementación de los proyectos económico-productivos o emprendimientos de producción agropecuaria, transformación o agregación de valor, comercialización de productos y oferta de servicios de las organizaciones rurales.
  • La puesta en marcha de estrategias de financiación solidaria: Fondos rotatorios y más de 100 grupos autogestionados de ahorro y crédito local.
  • La conformación de empresas sociales y solidarias junto con organizaciones campesinas que se han convertido en socias y en perspectiva de fomentar economías alternativas.

  • El apoyo a la implementación de proyectos de mejora del bienestar de las poblaciones rurales: adecuación de infraestructura de sedes educativas, adecuación de escenarios para la recreación especialmente para niños y niñas, mejora de la infraestructura de los acueductos comunitarios rurales.
  • La incidencia en iniciativas y políticas públicas relacionadas con la dinámica de las comunidades rurales: Política Pública de Desarrollo Rural Integral del Municipio de Buga; Política Pública de Seguridad y Soberanía Alimentaria del Valle del Cauca; Proyecto de ley en torno al Derecho a la Autogestión Comunitaria del Agua; Proyecto ley de agroecología; entre otras.
  • La conformación e integración de redes y plataformas temáticas de ámbito regional, nacional e internacional.

En este marco, el próximo 30 de julio, el IMCA realizará la celebración de un año más de trabajo y servicio, un año que lleva al cumplimiento de seis décadas de acompañamiento continuo a favor del bienestar, la vida querida y el buen vivir de miles de personas que hacen parte de la ruralidad, ese sector social altamente vulnerable y a la vez tan importante en la dinámica territorial. Durante este día, se congregarán algunas de las organizaciones sociales que acompaña el IMCA para deleitar a propios y extraños en el marco de la Feria Agroecológica que se ha denominado “Construyendo Territorios de Paz, Solidaridad y Buen Vivir”. La santa Eucaristía será uno de los actos emblemáticos para dar gracias al Dios de la vida, la cual será presidida por el padre Hermann Rodríguez S.J. Provincial de la Compañía de Jesús y celebrada junto con otros sacerdotes jesuitas. Luego, el compartir del almuerzo con todas las personas invitadas, que se complementará con el desarrollo de muestras fotográficas, culturales y artísticas. Asimismo, se hará un reconocimiento especial a las personas que fueron consolidando este centro social y a quienes actualmente continúan escribiendo la historia del IMCA de manera incansable y manteniendo intacta la espiritualidad ignaciana, la que se espera seguir impregnando por muchos años más y al servicio de los sectores vulnerables, sin olvidar la importancia del cuidado de la casa común.

Redacción

Pedro Antonio Ojeda Pinta

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