DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: LA GRAN APUESTA DE LOS JÓVENES RURALES

El pasado 7, 8 y 9 de septiembre de 2018, jóvenes rurales de los municipios de Pradera, Florida, Buga, Tuluá y Trujillo (Valle del Cauca – Colombia), se dieron cita en la ciudad de Buga para llevar a cabo el tercer y último encuentro regional del “Diplomado en Formación Política, Ciudadana y Ambiental”, proceso formativo que está bajo la orientación de la escuela de paz y convivencia del Centro de Investigación y Educación Popular – CINEP/Programa por la Paz, con el aval académico del Instituto PENSAR de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá.

Este proceso de fortalecimiento de capacidades juveniles busca promover la participación social, la formulación de propuestas de desarrollo y la incidencia política en espacios formales y no formales de los territorios rurales que habitan los y las jóvenes participantes. El diplomado se encuentra en el marco del proyecto “Emprendimientos Juveniles Rurales, Nuevas Identidades y Paz Territorial”; proyecto financiado por la Unión Europea y ejecutado por tres centros sociales de la Compañía de Jesús: el Instituto Mayor Campesino – IMCA, el Centro de Investigación y Educación Popular – CINEP/Programa por la Paz, y el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS Colombia).

Durante los encuentros regionales del diplomado se ha profundizado en diversos temas, entre ellos: identidad rural campesina, territorio, territorialidad, participación ciudadana, estructura del Estado, incidencia política, paz territorial e impactos ambientales. En general el proceso ha sido el escenario para que los y las jóvenes analicen los contextos de sus territorios, se reconozcan como parte fundamental del mismo y poco a poco asuman su rol como sujetos políticos. En ese orden de ideas, es importante indicar que el proceso formativo se desarrolla considerando elementos teóricos que luego se abordan de manera práctica en cada uno de los territorios de procedencia de las personas participantes; es así como las tareas de campo han facilitado acercarse a la política local de juventudes, reconocer la estructura de gobierno de sus municipios y comprender los retos que se tienen en cuanto a la incidencia política. Asimismo, los y las jóvenes han tenido la oportunidad de analizar las problemáticas sociales de su comunidad y generar procesos de incidencia o acciones de trabajo colectivo, para lo cual están interactuando con líderes sociales, gobiernos locales y otras instituciones públicas.

Considerando lo anterior, en el tercer encuentro se hizo un análisis de los avances, desafíos y retos de los planes de incidencia que se han estructurado en los diferentes municipios; se reconocieron las implicaciones de los impactos ambientales generados en diversos ecosistemas por acción antrópica; se determinó la responsabilidad de la ciudadanía juvenil en los procesos de uso adecuado y conservación de los recursos naturales; y al final se hizo énfasis en el conocimiento de una ruta metodológica para la identificación y formulación de proyectos de desarrollo comunitario, iniciativas que ya se están perfilando para contribuir en el bienestar colectivo de los territorios rurales.

La juventud rural no puede quedarse latente ante los desafíos que afronta nuestro país, por eso estamos llamados a asumir la responsabilidad de colaborar en la solución de los problemas y aprovechar todas las potencialidades, entre ellas, la que nos ofrece el ser jóvenes y estar dispuestos a trabajar en equipo con otros jóvenes, el gobierno, la cooperación internacional y la ciudadanía en general”, aseveró Ana María López, joven lideresa del corregimiento de Quebrada Grande – Municipio de Tuluá.

Redacción

Pedro Antonio Ojeda Pinta

 

 

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