Al iniciar el año hacemos un balance y reflexionamos sobre todo lo que hemos ido caminando, con alegrías y sin sabores. En medio de esto, comprendemos que existen expectativas y sueños, pero también dificultades y aterrizajes a la realidad. Una realidad que tiene tantas tonalidades como podamos imaginar y no se pinta del color rosa pastel que a veces queremos que tenga y es por ello, que nos damos cuenta que el acercamiento y la aceptación a la realidad de otras personas, no resulta tarea fácil, pues como bien se sabe, todos los seres humanos no somos ni pensamos igual y entonces, corremos el riesgo de ser intolerantes a las diferencias; olvidando en este proceso que cometemos errores, que juzgamos y que nos juzgan, que educamos y también nos educan.
Con todas las lecciones aprendidas bajo nuestro brazo, es necesario hacer un alto en el camino y dejar atrás todo aquello que nos perturba y no nos permite continuar soñando. Es tiempo de emprender un nuevo viaje porque este momento es lo único que tenemos. Lo que elegimos pensar, creer y decir ahora, forma las experiencias de mañana, de la próxima semana, del mes que viene, del próximo año…
¡Elige los pensamientos y creencias con el mismo cuidado que elegirías un regalo para un amigo especial… Así tendrás el poder de escoger el rumbo de tu vida!
Si estamos anclados en el pasado careceremos de la energía necesaria para el momento presente. Si vivimos en el futuro, vivimos en una fantasía. El único momento real es el ahora mismo. En este momento es donde comienza nuestro proceso de cambio.
Podemos hacer que nuestra vida sea fácil o complicada. En realidad, las cosas son sencillas: simplemente son como son. La complicación procede de nuestra falta de aceptación. Cuando no aceptamos la vida como es, empieza el sufrimiento y aparecen los conflictos. Aceptar no significa sumisión, ni adoptar el papel de víctima. Todo lo contrario. Hemos de ser guerreros, saber enfrentarnos a las situaciones, actuar y vencer la apatía, pero a la vez aceptar los resultados de nuestras acciones. La aceptación, bien entendida, es actuar sin esperar el fruto de la acción.
“Es necesario tener tanta discreción para dar consejos como docilidad para recibirlos” François de La Rochefoucauld
BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS
HOMBRES, MUJERES, NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES QUE CADA DÍA INICIAN UNA REVOLUCIÓN DE ESPERANZA Y JÚBILO.
Redacción
Jessica Andrea Henao Escobar
Revisión
Pedro Antonio Ojeda Pinta
Fotografía
www.redsemillas.info